lunes, 13 de agosto de 2007

Los elementos del teatro

Los elementos básicos del teatro[1]
Una razón para diversas respuestas se puede encontrar en la complejidad y diversidad del teatro. Estas características se pueden ver, primero que nada, en los tres elementos básicos del teatro: lo que se representa (libreto
[2], guión[3], o programa); la representación (incluyendo todos los procesos involucrados en la preparación y presentación), y los espectadores (los que lo perciben). Cada una de estos afecta la concepción del todo –el teatro.
Lo que se representa puede ser extremadamente variado, y se puede concebir como una gama que va desde los actos de variedades
[4] hasta una tragedia shakesperiana. Un comediante puede cantar una canción, tocar música con un instrumento, bailar, hacer acrobacias o malabares: o varios actores pueden improvisar una historia o actuar un libreto complejo. Cualquiera de estas cosas puede suceder en un lugar al que llamaremos teatro. Probablemente por esta razón, tenemos grandes dificultades para definir con precisión lo que se quiere decir con el término teatro o para intentar especificar dónde termina el teatro y comienza otro tipo de actividad.
Aunque a los actos de variedades con frecuencia se etiquetan como teatrales, muy frecuentemente se piensa que el teatro debe involucrar algún grado de narración o imitación. Por lo general, el teatro utiliza un texto escrito. Sin embargo no necesariamente requiere un libreto o un texto escrito. Pero, aún si el teatro de variedad fuera excluido y nuestra concepción del teatro se limitara a un material que tuviera cierto grado de drama, aún así, estaríamos enfrentados a una gran diversidad, ya que los entretenimientos dramáticos pueden ser desde escenas improvisadas, pantomimas, vaudeville, cuadros cómicos, obras musicales y dramas hablados. Además, pueden ser breves o extensos; pueden tratar cosas comunes o inusuales, cómicas o serias. Con tanta diversidad, no es sorprendente que las actitudes hacia el teatro sean tan variadas o que algunas personas conciban el teatro completamente como entretenimiento popular mientras que otras, haciendo a un lado este aspecto, conciben la esencia del teatro como su capacidad para ofrecer una profunda percepción de la humanidad y del mundo. En ambos casos, se ha sustituido una parte por el todo.
El segundo ingrediente, la representación, es igualmente complejo y diverso. Da forma a lo que se presenta por medio de trasladar el potencial de un libreto, guión o programa a una realidad concreta. Lo que el espectador ve cuando va al teatro es una mezcla del libreto o esquema que ha pasado por todo un proceso teatral. Una representación normalmente requiere la cooperación y los esfuerzos creadores de muchas personas; dramaturgo, director, actor, diseñadores y técnicos. Los componentes involucrados en este proceso se pueden manipular para crear muy variados efectos. Todos los componentes pueden ser integrados con destreza de tal modo que el espectador reciba una impresión unificada, o reciba más de uno u otros componentes -como la actuación o el espectáculo; alguno de éstos puede dominar y oscurecer la importancia de los otros. Los componentes se pueden manejar de tal manera que se comprendan con facilidad por casi todos los espectadores, o de maneras tan extrañas que todos, a excepción de los más conocedores, queden perplejos. Una representación por lo tanto puede ser clara y entretenida a una parte y a otra demasiado obvia y completamente carente de originalidad; por el contrario, lo que para un grupo puede parecer extraño e incomprensible, puede ser juzgado por otros como perspicacia y brillantez. Otra vez, la diversidad y la complejidad del teatro da lugar a diferentes respuestas.
El tercer ingrediente básico del teatro es el espectador, porque hasta que se presenta en toda su materialidad y es presenciado por un público, no podremos llamarle teatro. La presencia del público es imperativa para todas las artes, pero para la mayoría, se puede pensar en este público en términos de un individuo –el lector de una novela o poema, el que observa una pintura o una escultura –cada uno de estos individuos puede experimentar el trabajo artístico de manera aislada. Pero el público teatral está concebido como un grupo que en un momento y en un lugar dado experimentan una representación.
El público o espectador afecta al teatro de muchas maneras, pero sobre todo dando o negando apoyo –dentro del teatro o en la taquilla. Algunos espectadores solamente quieren pasar un rato divertido. Quieren olvidar sus problemas diarios y los problemas del mundo que les rodea. Estos ven el teatro como una forma de recreación o de escape. Otros espectadores desean que el teatro les de nuevas intuiciones, que estimule apreciaciones estimulantes sobre temas de importancia, que el teatro apoye temas políticos y sociales y que amplíe y sensibilice a la gente sobre otros temas. De este modo, se apoya un tipo diferente de representación a la que busca entretenimiento. Finalmente, los espectadores dan a conocer su opinión cuando asisten o ignoran la representación. Apoyan lo que les gusta y no apoyan lo que no comprenden o lo que les disgusta. Así los gustos de los espectadores tienen una influencia significativa sobre lo que se representa y sobre la manera como se representa.
Ya que existe una enorme diversidad en representaciones y en públicos y gustos, se debe reconocer que no todo el teatro puede ser del agrado de todos los segmentos del público y que las respuestas al teatro son diversas.

[1] Brockett, Oscar G. The Essential Theatre. University of Texas at Austin. Holt, Rinehart and Wiston. 1980. pp. 4-7
[2] Versión escrita de una obra u otra composición dramática que se usa para la preparación de la representación.
[3] Un resumen o sinopsis de una obra (o, por extensión, de un trabajo literario)
[4] Es una representación con cuadros cómicos, canciones y bailes.