lunes, 17 de septiembre de 2007

Métodos de organización de la acción dramática


Una obra está compuesta de incidentes organizados de tal manera que van a cumplir un propósito. La organización es, principalmente, un asunto de dirigir la atención a las relaciones que crean un esquema significativo. Las fuentes más comunes de unidad son pensamiento, carácter y el arreglo de los eventos en el esquema de causa y efecto.

Tradicionalmente, el principio organizativo ha sido el arreglo de los incidentes desde su causa hasta su efecto. Al usar este método el dramaturgo plantea, en las escenas iniciales, todas las condiciones necesarias –la situación que desea y las motivaciones de los personajes- a partir de lo que se desarrollarán los eventos posteriores. Las metas de un personaje entran en conflicto con las de otro, o dos objetivos conflictivos dentro del mismo personaje, pueden conducir a una crisis. Los intentos de superar los obstáculos construyen la sustancia de la obra, cada escena crece lógicamente de las precedentes.

Con menos frecuencia, un dramaturgo usa a un personaje como su principal fuente de unidad. Tal obra puede dramatizar la vida de una figura histórica o una que sea completa ficción. Un ejemplo podría ser el Dr. Fausto de Marlowe.

Un dramaturgo puede organizar su material alrededor de una idea básica, con escenas vinculadas principalmente con base en el interés de su tema principal. Este tipo de organización se usa frecuentemente en la dramaturgia moderna, especialmente en la de los expresionistas, drama épico y teatro del absurdo. Por ejemplo, la obra de Brecht La vida privada del maestro Race, trata sobre el ascenso del partido nazi en una serie de escenas que ilustran la falta de humanidad del nazismo. Muchas piezas del absurdo, tales como Esperando a Godot no desarrollan una historia sino que tejen sobre una idea o una atmósfera central.

Cualquier patrón organizador diferente del de causa-efecto es proclive a parecer ‘suelto’, dando un efecto de aleatoriedad. Al analizar una obra, es esencial señalar la fuente de unidad, ya que solamente entonces tendrá la apariencia de un todo más que una colección de sucesos sin relación.

También nos podemos aproximar a la estructura de la obra a través de las partes del drama que, en términos aristotélicos son seis: trama, carácter, pensamiento, palabra, música y espectáculo. Frecuentemente se considera la trama como una suma de los incidentes del drama, pero –el pensamiento incluye la línea de la historia –también se refiere a la organización de todos los elementos en un esquema significativo. Así, la trama es la estructura completa de la obra.
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[1] Brockett, Oscar G. The Essential Theatre. University of Texas at Austin. Holt, Rinehart and Wiston. 1980. pp. 24-25